Título: Gestos Invisibles.
Año: 2013.
Material: Resina cristal
Dimensiones:11,6 x 15,8 x 13,2 cm.
Miniaturas: escobas, recojedor, cubeta.
“Gestos invisibles”: la cotidiana construcción mínima
del día a día en el espacio urbano
Dentro de los bloques de resina, cuyas dimensiones son mínimas, se
encuentran tres artefactos de uso doméstico: una escoba, un recogedor y una
cubeta. Dispuestos estéticamente, cada uno de los objetos mencionados compone
un cuadro estático, en apariencia, dentro de la solidez de la resina. Un cuadro
estático en apariencia, porque la cubeta, por indicar uno de los tres, se muestra
claramente en el movimiento de arrojar agua; la escoba y el recogedor sugieren, a
su vez, el movimiento de barrer y recoger lo barrido. Ese movimiento imprime
dinamismo a los paralelepípedos de resina; el dinamismo como tal apunta al
movimiento urbano observado por la artista en el que se involucra a cada uno de
esos objetos de limpieza.
En la ciudad de México, distrito federal, el comercio se desplaza
permanentemente, pero, al mismo tiempo, se establece en determinadas zonas
urbanas; esas zonas urbanas son “demarcadas” mediante el gesto cotidiano de
asear. La cubeta, la escoba y el recogedor funcionan como indicadores de
delimitación espacial y temporal; espacial, porque circunscriben un espacio en el
que se ubicará el local comercial móvil, al asearlo y hacerlo propio a través del
gesto fundacional de barrer (limpiar, preparar el terreno para el trabajo, hacer del
espacio un lugar de cotidiana familiaridad al “bautizarlo” mediante el agua que
limpia y el retirar las basuras con la escoba y el recogedor); temporal, porque el
gesto de asear establece un antes y un después para el espacio escogido: antes,
sucio, hostil, ajeno, inhabitable; después, limpio, familiar, utilizable y habitable.
El acto fundacional llevado a cabo mediante el asear el espacio urbano,
haciéndolo accesible para la jornada laboral es capturado y percibido por la artista,
a través del congelamiento de los artefactos de aseo en los paralelepípedos de
resina. La resina fosiliza, conserva el momento, lo indica y lo sugiere, al igual que
la fotografía. Si la artista, Bárbara Vergara, ha detenido dinámicamente el espacio
urbano de los comercios ambulantes, con fotografías y micrograbaciones, ahora,
congela los artefactos en resina, los fosiliza como un gesto mnemotécnico de
conservación de la huella, del vestigio, de lo que queda en el espacio urbano
como una marca del acontecimiento higienizante realizado: la resina reemplaza a
la fotografía en esta experimentación artística, para que, mediante esta
objetualidad estética, se tenga una miniatura y, al mismo tiempo, una percepción
tridimensional de los artefactos empleados para asear. El tiempo de fundar la
ciudad y ocuparla, mediante el gesto de asear, queda retenido, más que
congelado, en la resina; la resina fosilizada es el ámbar, en el que se conservan
mosquitos del Jurásico. En México, distrito federal, la práctica urbana cotidiana es
conservada como huella de sí misma en los objetos mínimos con los que se hace
habitable el espacio: la escoba, el recogedor y la cubeta.
Elementos cotidianos y mínimos repercuten en la conformación
espaciotemporal de la ciudad. Desde lo invisible, desde el gesto mínimo a la
fundación y apropiación del espacio urbano.
Daniel Valenzuela